
(Este cuento enseña sobre los tamaños, la colaboración y el
agradecimiento)
Carambolas, carambolas, un nuevo cuento se asoma...
Había una vez, un
árbol, un árbol muuuuuy grande, este árbol tenía muchos años y era muy alto,
llegaba hasta las nubes. Al lado de él había un árbol muy chico, era tan chico
que el árbol grande nunca lo veía.
Un día el árbol
chico comenzó a gritarle: ¡¡Árbol grande, árbol grande!!, y nada, el árbol
grande no lo escuchaba.
De pronto pasó un
niño, y el árbol chico le dijo: ¿Niño le puedes decir al árbol grande que lo
estoy llamando?... y el Niño comenzó a llamar al árbol grande: ¡¡Árbol grande,
árbol grande!!, y nada.
Uf, le dijo el
niño al árbol chico, la única opción que tenemos es que alguien tan grande como
el árbol grande hable con él, ¿quién podrá ser?
De pronto pasó un
pájaro que volaba por ahí. El niño y el árbol chico se miraron y lo llamaron.
El pájaro fue y le pidieron que por favor le dijera al árbol grande que cuando
venga el viento se corra para el otro lado, así no le tapará el sol al árbol
chico y éste podrá crecer.
Así fue, el pájaro
dio el recado al árbol grande y éste, cada vez que venía el viento, le pedía
que lo moviera para el otro lado.
Un buen día, el
árbol chico creció y llegó a las nubes, le agradeció al árbol grande y fueron
buenos amigos.
Carambolín, carambolín, este cuento llegó a su fin.
gracias por compartirlo, a mis niños les encantará!!!!!
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